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Harina de mandioca de Acre cuenta con sello de indicación geográfica

El modo de producción fue transmitido por los indios de la Amazonia
EBC
Publicado en 18/12/2022 - 13:27
Brasilia
A farinha de mandioca é o que movimenta e traz renda para as comunidades locais no Acre.
© Reprodução/EBC

La ciudad de Cruzeiro do Sul, en el estado brasileño de Acre, casi en la frontera entre Brasil y Perú, hasta principios del siglo XX tenía como principal actividad económica la extracción de caucho. Hoy, la harina de mandioca es la que mueve y aporta ingresos a las comunidades locales. Desde 2017, la harina de Cruzeiro do Sul cuenta con el sello de indicación geográfica (IG), que reconoce la calidad y tradición de un producto desde unas condiciones ambientales y forma de elaboración locales. 

Resultado de la mezcla de la cultura indígena de la mandioca con los hábitos de personas de la región Noreste que emigraron hacia el Norte, la harina viene conquistando mercados dentro y fuera de Brasil. En colaboración con el Servicio de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas (Sebrae), un equipo de TV Brasil, emisora del sistema del público de radiodifusión, visitó la región para conocer el proceso de producción, desde la plantación de la mandioca hasta su venta en los mercados.

Los indígenas desempeñaron un papel muy importante en la transmisión de sus conocimientos ancestrales al hombre blanco. Transmitieron su forma cultural de hacer harina, que se mantiene secularmente hasta hoy", explica el historiador Narcélio Generoso. 

Cruzeiro do Sul tiene cerca de 90.000 habitantes y 12.000 molinos harineros en funcionamiento. Maria José Maciel es la presidenta de la cooperativa que organiza esta producción. "Antes del sello de indicación geográfica era muy difícil, porque cualquiera podía utilizar el nombre 'Farinha de Cruzeiro do Sul', pero hoy solo nosotros, los de Central do Juruá, podemos. El sello nos ha empezado a abrir puertas", afirma. 

La organización de los agricultores en cooperativa optimiza la producción, mejora el precio final y aporta más calidad de vida al productor. El oficio suele transmitirse de generación en generación, como el caso de Francisco da Silva Maciel, que aprendió a hacer harina con su padre.

"Estoy orgulloso de ser productor. Eso es lo que me enseñó mi padre, el legado que nos dejó es trabajar. Lo que aprendí fue a hacer harina y a día de hoy lo llevo conmigo", cuenta Francisco, que mostró con detalle cómo se realiza el proceso artesanal de teñido de la harina en la cooperativa. El tono "amarillento" del grano, obtenido mediante el uso del azafrán, depende del gusto del cliente y Francisco lo considera un arte. 

La estrella de Cruzeiro do Sul también ocupa un lugar destacado en la gastronomía. La harina ya forma parte de los hábitos alimenticios diarios de los acreanos, pero el chef Jairé Cunha trabaja el ingrediente en platos inusuales, como el sushi hecho con harina de mandioca. La región apuesta por que las bellezas del bosque, la tradición de los indígenas y la gastronomía local impulsen también el turismo.

"Somos un gran destino sorpresa. La vista desde fuera sigue estando muy relacionada con los bosques, que de hecho son nuestra gran potencia. Pero a la gente le sorprende mucho lo que encuentra aquí. Uno tiene que venir con el corazón abierto, porque se va a sorprender, pero positivamente", afirma Thaly Figueiredo, productora de contenidos que fomenta el turismo en la región, al compartir información sobre los atractivos y destinos del estado en las redes sociales.